Declaración de intenciones


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Tristeza, amor mío, haz con mi madeja un ovillo
y empújame para que ruede.



Hiéreme con la verdad del corazón (del mío).
Déjame sin aliento y hazme llorar.

Acariciamé con tu mano cálida.
Dime cosas al oido como que el mundo es raro,
y quítame la vergüenza de mirarte a los ojos.

Y yo, Tristeza, me desentumedeceré lentamente mientras noto tu abrazo suave;
¡aléjate, abrazo protector que me adormece!
¡aléjate, abrazo de amante que despierta mi libido! (pero no hace falta que te vayas)

Acércate como un compañero de siempre,
como abrazo amigo, tierno y reconocible.

Yo, por mi parte prometo, Tristeza, que hablaré bién de tí,
que te seré fiel, que seguiré tus consejos y, con los ojos cerrados,
buscaré el camino de la cima que me haga hombre
y desde allí me veré desnudo y sin nombre
para empezar de nuevo.