CONDENA
En juicio sumarísimo, por mis pecados,
camino por la vida como si volviese,
una y otra vez mi propia muerte viviese
encadenado; condena de tener pasado.
Qué bueno sería pasar por la tierra andando
sin dedo que me acuse, sin ojo que me aceche,
por la sola evidencia de mis pasos existiese,
caminar por la orilla del camino confiando.
De esta cadena de platino que me lastra
no puedo hacer nada por olvidarme.
Ascender al amanecer dorado de mi alma
y ser dueño de mi mismo y enamorarme
y desear con todas mis fuerzas tener alas
para volar solitario hasta olvidarme.