Declaración de intenciones


sábado, 31 de diciembre de 2011

Querido Báldes:

Hoy es un día alegre y gozoso, que a tí te gustaba disfrutar

con una especial dedicación. Aunque no puedes estar aquí con nosotros, no te preocupes que te celebramos igual; nos acordamos de lo que te gustaba, de lo que decías, de cómo lo decías... es uno de los mejores momentos para recordarte. ¿Te acuerdas del esmero que ponías en los preparativos? si bien es cierto que eran un calco año tras año, pero no importaba, tú seguías celebrándolo igual, como si fuera el primero de tu vida y de la nuestra. Ahora somos unos cuantos más que antes y tu casa se ha quedado pequeña, así que lo celebramos en la mía que tiene el salón más grande, pero no te creas que sobra espacio. Por lo demás estamos casi igual que cuando tú estabas, los crios han crecido mucho. Ahora no los conocerías.
Está amaneciendo. Desde donde te escribo tengo una vista privilegiada (seguro que desde la ventana en donde tu te apoyas lo puedes ver mejor) Desde aquí se ve un amanecer naranja-fuego con algunas nubes que, al calor del sol que se acicala, estas parecen ascuas púrpura y rosadas.
Por segundos se va clareando la mañana, vá cogiendo brillo ( brillo fotográfico ) Falta hace ya el sol para que acabe el frío que por cierto a tí no te gustaba, como buen friolero que eras.