Declaración de intenciones


domingo, 25 de marzo de 2012


Se está haciendo tarde.

Esta tarde he sentido algo muy especial por una mujer. Era  la artista que exponía en la galería de Stephan.

lunes, 5 de marzo de 2012

Ni siquiera se percató de que estaba siendo invadido por un enemigo invisible. Había estado varias semanas esperando a que pasara por su lado para agarrarse a el como un imán orgánico. Ella lo intuyó, lo olió,  pero fué preciso que la rozara para que se decidiera a abordarlo. Buscó el lugar más idóneo. Recorrió el antebrazo, después el brazo y subió por el cuello buscando donde pasaría los próximos días, meses o años. En realidad solo fueron unas semanas. Aquella tarde fué cuando le picó, y no lo sintió.
La modista.


Se llama Catalina y desde muy joven había trabajado en un taller de costura. Luego de casarse se abandonó al cuidado de su marido y los quehaceres del hogar, de manera que con su nuevo estado civil  no solo dejó de trabajar, sino que también perdió todo contacto con sus compañeras del taller que a la postre también eran sus únicas amigas.

sábado, 3 de marzo de 2012

Un día de huelga.

No soy capaz de fechar los acontecimientos que aquí se relatan. Podrían haber ocurrido durante los últimos años de la década de los 70, o los primeros de los 80. Pudieron ocurrir cualquier día de cualquier mes, pero no de cualquier año.