Declaración de intenciones


sábado, 6 de julio de 2013

Mi gato



Gatuso, así se llama mi gato, se hace el remolón cada vez que lo llamo: -¡Gatuso, vén, toma!, y él a lo suyo. Físicamente es un gato agraciado que a casi todas las personas le gusta y lo piropean al verlo y él hincha el pecho blanco y encorva el lomo canela mirando para otro lado haciéndose el interesante. A veces se pasa el día haciendo como si durmiera, pero en realidad está pensando, yo lo sé porque no llega a cerrar los ojos del todo. Cuando en realidad duerme es por la noche.
Gatuso es un gato imponente con sus largos bigotes blancos, su esponjoso pelo y su prominente y espesa cola que utiliza a modo de estandarte cuando pasea por la casa.
Gatuso se esmera en su aseo personal cada vez que abandona la meditación; sentado se lame concienzudamente la pata derecha y acto seguido la frota contra su cabeza, una y otra vez, para después repetir la ceremonia con la pata izquierda. Tras el repaso a los genitales y un ligero mordisqueo en su cola, se incorpora dispuesto a chequear que todas las cosas siguen en su sitio y, sobre todo, si hay algo nuevo ya sea un jarrón, un cenicero o cualquier figurilla sobre la mesa o la estantería.
A Gatuso le gusta que le pise la cola cuando paso por su lado. No me refiero a cuando la piso sin querer y apoyo todo mi peso, sino cuando lo hago de manera ligera, casi como una caricia, y el responde maullando con una intensidad proporcional a la presión que nota, igual que lo hacen los gatos de goma.
No se crean que vivir con un gato engreído es fácil, que igual decide que las siete de la mañana es hora de levantarse aunque sea domingo, salta a la cama y te despierta con  un áspero ronroneo en el oído. Otras veces insiste en acompañare mientras tecleas en el ordenador y se tumba sobre el teclado. Pero lo peor de todo es la cantidad de pelo que va dejando por aquí y por allá, como si se estuviera desplumando; mechones arrancados o pelos sueltos que acaban formando un pelotón rodante por el suelo.

¡Ay gatuso, de haber imaginado lo importante que serias para mí te habría llamado... por ejemplo Platero!

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