Declaración de intenciones


sábado, 6 de julio de 2013

El trastero


Hace un rato entré al trastero de la casa. Ya sabes Gatuso que es una habitación abarrotada de objetos saturados de polvo, inservibles contenedores de recuerdos, cosas de las que no me atrevo a desprenderme por miedo a perder su recuerdo de la memoria de mi corazón. Objetos que me despiertan sensaciones, olores, pasiones, colores; partes de lo que fue mi presente en el pasado; resucitan personas queridas y vuelvo a jugar con mis amigos de la infancia y me doy cuenta que el futuro no es otra cosa que revivir.

 Tú, Gatuso, no tienes mucha memoria, la justa para tu superviviencia, es decir, que recuerdas dónde está el tazón con tu comida y poco más, porque mira que he intentado que no medites en el sillón de la salita que si viene alguna visita me avergüenza que lo vea lleno de pelos de gato. Es una batalla perdida contigo. ¡Ya no sé que hacer!

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